viernes, 6 de junio de 2008

Quizás.

Echó a andar concibiéndose a si misma un último intento para no sentir, para no escuchar, limitándose simplemente a respirar para no detener su marcha, el camino vislumbraba una luz tenue acompañada de una suave brisa que suspendía su cabello, antes desmayado por su espalda, en el aire. Sus pasos eran débiles a la par que seguros y su mirada yacía entre la humedad emitida por las nubes de madrugada. Su rumbo se ausentó unos instantes antes de perderse definitivamente entre todo y nada a la vez, paró en seco, como si finalmente hubiese hallado la respuesta a sus preguntas, como si aquel fuese el último lugar, el único donde podría sincerarse consigo misma. Sus pies descalzos se adentraron en la arena húmeda, a escasos metros divisó un árbol, se acercó con sigilo y apoyó la espalda en él, dejando caer más levemente su peso y quedando así sentada en el suelo. El susurro de las olas acompañaba aquella madrugada eterna y el tiempo parecía haberse detenido en el mismo momento que emprendió el camino. El silencio la rodeó y sintiéndose completamente entregada a la nada sintió la necesidad de explicarle a esta misma todo lo que no se había atrevido a decir.

“Empecé a caminar en una sinrazón queriendo olvidarm
e de todo, queriendo aclarar mis pensamientos y divisar aquello que en todo este tiempo no he querido ver, son muchas noches vacías y muchos llantos acallados por algo que no logro entender, he querido caminar hasta olvidarme de quien era, he querido saltar precipicios para evitar nuevas caídas y todo esto me ha servido para entender que sigo estando en el mismo punto de partida, que por muchas noches que pase en vela, por muchos caminos que pueda andar, por mucho que quiera olvidar, siempre voy a volver al mismo punto de partida.” Instantáneamente las lágrimas surcaron después de 6 meses, nuevamente su rostro, pues bien sabía que los llantos acallados la estaban quemando por dentro. “Toda mi vida he creído en los sueños y he conocido que hay cosas que no podría explicar, he afrontado los malos tiempos con sonrisas..” Su respiración se entrecortaba y las lágrimas cada vez se hacían más de notar, casi tartamudeó al pronunciar estas palabras. “Porque él siempre estaba allí, bajándome la luna si era necesario, porque si yo caía el caía conmigo, si yo lloraba el lloraba conmigo y más tarde me hacía ver las estrellas con un simple susurro..” Hizo una breve pausa para inhalar el frío aire hasta sentir que los pulmones se le llenaban completamente de aire y volver a expirar. “Siempre he creído en los sueños porque él, siempre ha sido mi sueño..” El silencio de nuevo volvió a rodearla y se estremeció al sentir el frío del filo de aquella madrugada que no quería ver terminar. “Quizás..”

“Quizás tu hayas sido sueño, quizás tu sueño esté volando cerca y no lo puedas ver” le susurró al oído una voz fuerte, grave, pero a la vez ablandada y co
nmovida por aquellas palabras que él no había dejado de sentir. “Esta noche eterna voy a bajarte la luna, voy a llorar a tu lado, voy abrazarte fuerte para que nunca te alejes de mí, voy a sentir el calor de una lluvia fría, esta noche, princesa, junto a un millón de madrugadas más.”

-Sara, parece que va a llover.

2 comentarios:

Monica dijo...

Marieta! Madre mía como a avanzado tu blog, es impresionante! Y el texto, me ha dejado como siempre, con la piel de gallina y los ojos abiertos de par en par, eres una artistaza de pies a cabeza, guapa. Gracias por compartir con todos nosotros tu trabajo que es mucho.

un besazo guapa, t'estimo!

Eris* dijo...

Si no recuerdo mal... este texto ya lo había leído. Pero da lo mismo, lo puedo leer una y mil veces que no dejarás de emocionarme...

Es increíble!
Eres increíble! ^^

Y yo todavía no me creo tu edad... jajaja

te quiero mucho hermanita!! ^^
..yanosabríavivirsin..( :